Gustavo Petro
Gustavo Petro

Gustavo Petro inquieta a los venezolanos

Gustavo Petro presidente de izquierda, quien tomó juramento este domingo 7 de agosto. Es un revolucionario de anteojos, cabellos liso y verbo elocuente, que hoy se define ante todo como un progresista.

Durante los próximos cuatro años, el exsenador y exguerrillero de 62 años llevará las riendas de un país acostumbrado a gobiernos conservadores y liberales.

Petro fue investido como presidente de la República de Colombia, en una ceremonia inédita, ante unas 40.000 personas que llenaron la plaza de Bolívar en Bogotá .

Sin embargo, el acto estuvo marcado por varios elementos; entre ellos la famosa espada de Simón Bolívar, que reposa en una urna de cristal en la Casa de Nariño.

Dicha pieza histórica había quedado en medio de una puja en los últimos días entre Petro y el presidente saliente, Iván Duque, quien se había opuesto a que fuera exhibida públicamente por razones de seguridad.

En un despliegue repleto de simbolismo populista, los actos alrededor de Gustavo Petro, quizás hayan tomado por sorpresa a la prensa y analistas neogranadinos, pero en Venezuela resuenan profundo los estertores de la democracia que la sabemos frágil y vulnerable.

Para los venezolanos el acto de toma de posesión de Petro es un espejo inquietante, no de la ruina económica producida por el chavismo que es prácticamente impredecible para Colombia, sino por su efecto de remembranza intranquilizante que impactará socialmente al vecino país por los siguientes 50 años.

Es común escuchar que “Colombia cambió” y no es un cliché porque cambió como lo hizo Venezuela, un cambio que transformó cultural y socialmente a su gente, tanto que terminó por fracturar al país en partes irreconciliables producto de antiguas y profundas diferencias que se convirtieron en políticas de estado.

Colombianos podían haber sentido que su país se encontraba en un callejón sin salida antes de la llegada de Petro, pero más pronto que tarde descubrirán que la izquierda es un infinito túnel intransitable como ha quedado demostrado en la historia reciente de América Latina.

Traemos; desde el lado venezolano, alguno de los más inquietantes elementos de la toma de posesión presidencial de Gustavo Petro, como un recordatorio vivo que el trauma social es real y que lo está por ocurrir en Colombia tiene su hora.

La Espada de Bolívar, una constante

Cadetes custodian la espada de Bolívar durante la ceremonia de investidura del presidente de Colombia, Gustavo Petro, hoy, en la Plaza Bolívar de Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega

Como presidente de Colombia le solicitó a la Casa Militar traer la espada de Bolívar. Es una orden del mandato popular y de este mandatario“, dijo Petro en su primera decisión tan pronto tomó juramento.

Se trata de la espada del héroe independentista Simón Bolívar. Robada en 1974 por la guerrilla del M-19, de la que Petro hizo parte, la espada fue devuelta en 1991 tras el desarme de esa organización.

En esta parte de la frontera, la obsesión del chavismo con la espada de Bolívar es legendaria, aunque la romantización del símbolo es distinta para Petro, en el fondo se trata de lo mismo: Cómo se blande el poder desde la izquierda.

Hugo Chávez uso y abusó de este poder llevando, regalando -réplicas- y mostrando la espada del Libertador a donde iba, insistiendo en que estaba secuestrada por las “élites” para apaciguar al “pueblo” y que gracias a Chávez se convertiría en una “¡Alerta que camina por la América Latina!”, el mismo grito que se escuchó en la Plaza Bolívar de Bogotá durante la juramentación.

Hugo Chávez contemplando la auténtica Espada de Bolívar durante un acto de masas en 2010 (Archivo)

Culturalmente la espada de Bolívar se convirtió en un amuleto, en la utilería más manoseada del chavismo, no para recordarle a la gente lo extraordinario que fuese Simón Bolivar, sino para ejercer el poder,  del que aquí se hace lo que dice el “máximo líder”. Petro se lució con esa premisa en el primer instante que pudo.

Banda presidencial fuera de protocolo

La senadora colombiana María José Pizarro y el presidente del Congreso Roy Barreras colocaron la banda presidencial al nuevo presidente de Colombia Gustavo Petro ( Foto de JUAN BARRETO / AFP)

 

La banda presidencial le fue impuesta a Petro por María José Pizarro, hija del asesinado excomandante del M-19 Carlos Pizarro. Segundos después, entre lágrimas, la senadora del Pacto Histórico le dio un fuerte abrazo a quien desde ayer dirige los destinos de la nación.

Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder, pero lo logramos“, señaló Petro en su discurso de investidura.

Nosotros no podemos fallar, este es el Gobierno del cambio, el cambio es de verdad, no es retórico, no es discurso, no es de maquillaje. ¿Un cambio hacia dónde? Hacia democracia, más democracia y más democracia”, dijo Petro. “La situación actual es insostenible”, les advirtió a sus nuevos ministros.

Tal como lo pidió el nuevo presidente, no hubo ni alfombra roja ni el tradicional besamanos. Por el contrario, los invitados internacionales ingresaron por la puerta principal de la Casa de Nariño, por donde ingresa cualquier ciudadano.

Al igual que el fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, aquel 2 de febrero de 1999. Después del acto en el Capitolio Federal, sede del Congreso de la República se dirigió al Palacio de Miraflores acompañado por un grupo de simpatizantes. Desde allí decretó la activación del “Poder Constituyente”.

El ahora presidente Gustavo Petro realizó algunos actos similares en su investidura “Juro a Dios y prometió al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia“, ante el jefe del Congreso en la céntrica Plaza de Bolívar.

La prensa, la primera víctima

Los partidarios del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, celebran antes de su ceremonia de investidura en la plaza Bolívar de Bogotá, el 7 de agosto de 2022 (Foto de Raúl ARBOLEDA / AFP)

Petro hizo un fuerte énfasis en su propuesta de “paz total”. “Convocamos a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado y a aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz”.

Asimismo, se mostró dispuesto a escuchar y hablar con todos los colombianos, a defender una “seguridad humana”, luchar contra la corrupción, proteger el medioambiente, cumplir y hacer cumplir la Constitución y unir a Colombia.

Pero como ha pasado y sigue pasando, tanto con el régimen de Chávez y ahora de Maduro, los periodistas colombianos se comienzan a verse en el espejo de los periodista venezolanos.

Periodistas del canal RCN y de la revista Semana fueron atacados verbalmente por seguidores del nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, durante el acto de investidura en la plaza Bolívar de Bogotá.

“¡Fuera Semana! ¡Fuera Vicky!“, gritaron los manifestantes, en referencia a la directora del medio de comunicación, Vicky Dávila.

También el equipo reporteril de RCN fue abucheado y obligado a retirarse de las inmediaciones.

Los rituales y esoterismo para Petro

Gustavo Petro tuvo una posesión espiritual que le organizaron las comunidades indígenas, afro, campesinas y líderes sociales en el Parque Tercer Milenio de Bogotá.

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro (L), participa en una ceremonia celebrada por organizaciones étnicas y ancestrales en Bogotá, el 6 de agosto de 2022. (Foto de Juan BARRETO / AFP)

La posesión estuvo marcada por rituales indígenas que les otorgan “limpieza del poder” y “transformación en la casa de Nariño”.

Además Petro estuvo acompañado de Francia Márquez, quien también fue partícipe de los rituales.

Con redacción de MonitorDolar e información de La Patilla

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